Cientficos alertan sobre las enfermedades que sufren el olivo y la encina

Prcticamente toda la dehesa de la provincia de Huelva est afectada, con unas 10.000 hectreas arrasadas

Un campo lleno de olivos.

Un campo lleno de olivos.
EL MUNDO

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    El Covid-19 agrava la ya precaria salud del olivar

El olivo y la encina, los emblemas de la Andaluca agrcola y forestal, padecen el efecto mortal de patgenos que atacan sus races para, casi siempre, matar al rbol. Las dos enfermedades llegaron a Andaluca de fuera, y los cientficos implicados lamentan el escaso compromiso en su lucha a pesar de la importancia econmica y ecolgica de esas especies. El impacto se extiende al 7% de los olivos, pero en la encina slo hay datos de Huelva: 10.000 hectreas arrasadas.

Dos microorganismos, un hongo y un oomiceto (muy parecido a un hongo), bloquean y pudren las races de olivos y encinas, respectivamente, en lo que supone un grave problema econmico que puede ir a peor si no se acta ms, como alertan los expertos consultados planteando el paralelismo con el Covid19.

El olivo se extiende por 1,6 millones de hectreas, la mitad de la superficie de cultivo andaluza, generando 3.600 millones de euros por aceite y aceituna. La encina vertebra las 1,2 millones de hectreas de dehesa, que incluyen 3 millones de cabeza de ganado en Andaluca, adems de setas, miel, corcho o ecoturismo. El valor de ambos entornos tambin es ambiental, al cobijar a multitud de especies, y prestar servicios ecosistmicos, como produccin de oxgeno, depuracin de aguas, etc.

Un 7% de los olivos andaluces sufre verticilosis, hongo llegado desde EEUU en semillas de algodn en 1979. El catedrtico emrito de Fitopatologa de la Universidad de Crdoba, Rafael Jimnez, lamenta que « ni entonces, ni despus, motiv mayor preocupacin en el sector olecola, a pesar de las llamadas de atencin » de los cientficos: « Cay en saco roto, como las cosas que ahora vemos », indica en referencia al Covid19.

El hongo (Verticillium dahliae) se expandi con el trfico de camiones cargados de algodn. Sobrevive hasta 14 aos en el suelo y goza de gran variabilidad gentica, por lo que el control de esta « enfermedad endmica es, tan dificultoso, como de primera importancia econmica y estratgica para el olivar andaluz », segn el catedrtico.

La plantacin de jvenes olivos en intensivo de regado influy en una expansin que ha ido a peor genticamente. La raza inicial del patgeno daaba menos -a veces slo secaba algunas ramas- que otra aparecida en los aos 90. Esta causa la prdida masiva de hojas y, para ms inri, se ha convertido en la predominante. « Conocemos del problema mucho ms de lo que se aplica », aade el fitopatlogo, quien cree que slo se vence con una triple accin: garantizar que las plantas de vivero estn certificadas; plantar acebuches resistentes injertados con las variedades comerciales; y usar otros hongos « muy eficientes en combatir la invasin del verticilium« .

Peor estn las dehesas. Ni siquiera se conoce la extensin del ‘hongo asesino’ -en realidad el oomiceto Phytophthora cinnamomi– llegado desde Indonesia. Slo hay datos fiables de Huelva, el epicentro de un problema que se extiende sobre todo hacia el norte. La asociacin agraria Asaja asegura que prcticamente toda la dehesa onubense est afectada, y que entre 2005 y 2016 se cortaron 450.000 pies de encinas y alcornoques. Adis a 10.000 de sus 233.000 hectreas de dehesas.

Arbolado afectado

El proyecto Life europeo BioDehesa acab sin calcular el arbolado afectado. En sus conclusiones habla de « una superficie importante de las dehesas ». Esperanza Snchez, Catedrtica de Produccin Vegetal de la Universidad de Crdoba, cree que el Life « no ha hecho prcticamente nada » en sanidad vegetal.

La catedrtica indica que el patgeno se detect en Andaluca a principios de los 90, « y si se hubieran tomado medidas no se habra expandido tanto pero, en lo forestal, hasta llegado el desastre no se dice ‘hay que hacer algo' », aadiendo tambin el paralelismo con el coronavirus en cuanto a lo urgente de tomar decisiones tempranas.

El patgeno afecta algo ms a encina que a alcornoque, y « si la infeccin es grande el rbol muere, incluso en un ao ». Como en el olivo, hay dos poblaciones de patgenos, una de ellas mejor adaptada a superar extremos de calor o fro, justamente la de Huelva y sur de Portugal.

Esperanza Snchez recomienda fertilizar con calcio como medida frente a P. cinnamomi cuando se haya confirmado el diagnstico, « aunque no resulte definitivo para impedir nuevas infecciones »; y biofumigar, es decir, plantar especies herbceas que luego se entierran y, gracias a la sinigrina que contienen, frenan al hongo asesino.

La Consejera de Agricultura, en una nota de prensa, consideraba que « en la actualidad no se cuenta con mtodos que puedan erradicar » la seca. Rafael Jimnez discrepa: « existen medidas de lucha, pero no es simple, exige un manejo integrado, aplicar varias medidas », como tambin en la encina.

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